
En el momento en el que nace una nueva tecnologÃa la maquinaria publicitaria comienza a funcionar observando, detenidamente, de qué manera es capaz de integrarlo en sus estrategias. Primero, para dar a conocer al gran público sus virtudes y, por otro, en un intento de adoptarla y llegar a atraer a la mayor cantidad de gente posible. La realidad aumentada es, a lo sumo, fascinante y ha inaugurado un viaje hacia las superposiciones publicitarias. A diferencia de la realidad virtual, una tecnologÃa que prometen exprimir este año HTC, Sony y Oculus y que consiste en el empleo de sistemas que «meten» al usuario en un entorno alternativo e interactivo, la realidad aumentada presenta una superposición de imágenes y otros elementos virtuales a través de un dispositivo. Es una confluencia entre lo real y lo imaginario. Y esa capacidad se ha visto reflejada ya en originales campañas publicitarias presentadas en los últimos años. Sus posibilidades son múltiples. Para utilizarlo se requiere de un sistema para capturar la imagen real a la que se superponen sobre el campo de visión esos objetos digitales, ventanas flotantes o incluso textos. Muchas firmas se han apuntado a esta tendencia al alza desde que Google intentó entrar en el terreno comercial con sus famosas Glass, un proyecto de momento congelado a la espera de encontrar propuestas más atractivas. De cara a promocionar su coche eléctrico en 2012, el fabricante alemán Volkswagen apostó por la realidad aumentada en una campaña en la que consiguió que muchos clientes potenciales conocieran más de cerca las sensaciones de este tipo de conducción que promete reducir las emisiones contaminantes. Volvo, por su parte, desarrolló una campaña similar. La creativa idea en este caso fue concebir una divertida aplicación que simulaba un escáner de rayos X cuyo objetivo era «descubrir» lo que se escondÃa debajo del chasis. Sinónimo de tecnologÃa punta y vanguardismo, Lamborghini lanzó el pasado año una aplicación de este tipo con la que, mediante el empleo de cartas especiales, se reproduce un modelo tridimensional de uno de sus vehÃculos. «La realidad aumentada consigue devolver a la sociedad la imaginación que estábamos perdiendo»Raimon Homs «La realidad aumentada sirve para, principalmente, dos cosas: mostrar y visualizar productos que no podemos ver con nuestros ojos en la realidad a tamaño real e instalados donde van a estar colocados. Por otro lado, realizar acciones promocionales derivadas del marketing tradicional y que son mágicas», explica a este diario Raimon Homs, socio director de la firma desarrolladora Pangea Reality. A su juicio, la realidad aumentada «consigue devolver a la sociedad la imaginación que estábamos perdiendo». El mundo del motor lo hace suyo Se trata de poner en órbita una tecnologÃa de manera invisible. Por ejemplo, de nuevo Volkswagen volvió a hallar en esta tecnologÃa una oportunidad para que sus clientes tuvieran en su mano una herramienta para conocer los secretos de los coches que acababan de adquirir. Surgió entonces una «app» para dispositivos móviles destinada a mejorar la asistencia técnica. Una vez descargada en una tableta, el usuario debe enfocar desde la cámara del dispositivo el motor. Y es entonces cuando la propia herramienta, automáticamente, detalla las partes y los pasos a seguir para solucionar el problema. Algo muy práctico y que también Ferrari ha decidido introducir como herramienta para ayudar a sus clientes en esa ardua tarea de personalizar sus potentes caprichos. Lo cierto es que la realidad aumentada tiene un enorme potencial en el mundo de las aplicaciones como ha quedado demostrado. Piensen en la última adquisición de Facebook, la aplicación de moda, Masquerade, con la que los usuarios pueden colocarse máscaras virtuales sobre famosos como Leonardo DiCaprio o personajes como Batman y Superman. Incluos un gigante como Apple entró de lleno en este negocio con la adquisición en 2015 de la firma Metaio. «El smartphone, y hasta que las gafas estén democratizadas, nos permite llegar a un grupo de gente muy grande. Ahora mismo, el gran espacio de la realidad aumentada está en las aplicaciones de los móviles», subraya este experto, quien considera que las posibilidades de esta tecnologÃa para impactar a la sociedad mediante esta tecnologÃa es «prácticamente infinita». En otros sectores como el turismo también existen ejemplos de su experimentación. ¿Para qué integrarse en los servicios ofrecidos por una agencia de viajes? El usuario podrÃa ser capaz de tener en su bolsillo la oportunidad de conocer al detalle anécdotas, curiosidades y secretos de una ciudad en tiempo real incluso; gracias a un aparato electrónico muy extendido en la sociedad, los teléfonos móviles inteligentes. Piensen también en las tiendas de ropa. ¿Qué tal un cambiador para «probarse» todas las prendas posibles y de manera veloz? O un joyero que atiende a un comprador. «¿Cómo me quedarÃa esa sortija?», podrÃa ser la pregunta. El ocio electrónico muestra su potencial En el campo del ocio electrónico la realidad aumentada ha tenido un cierto recorrido demostrando que puede logar una gran proyección. La serie «Invizimals», creada por el estudio desarrollador español Novarama, creó un punto de innovación en ese sentido. La idea fue crear videojuegos desde donde sus usuarios, principalmente niños y jóvenes, pudieran «ver» a sus simpáticos y monstruosos personajes reproducidos en las pantallas de las consolas portátiles PlayStation Portable (PSP). Para ello se sirvió de la cámara del dispositivo y unas cartas especiales. Otra empresa que incorporado esta tecnologÃa a sus creaciones ha sido Activision con «Skylanders» . Uno de sus tÃtulos desarrollado para dispositivos móviles, Battlecast, combina realidad aumentada con cartas y juguetes fÃsicos.

Nueva ronda de novedades de cara a potenciar esta popular aplicación, que busca su transformación como herramienta de trabajo. WhatsApp, servicio de mensajerÃa con mil millones de usuarios, prepara una actualización (versión 2.12.535) para permitir, entre otras cosas, que los usuarios puedan generar estilos en sus mensajes. Según ha desvelado el medio especializado «Android Police», WhastApp será compatible próximamente con diferentes formatos de texto, cursiva y negrita incluidos, algo que le acercarÃa a otros servicios profesionales como Slack, una de las aplicaciones de moda actualmente. Para conseguirlo, según se describe en el programa de usuarios de prueba, el usuario tan solo tendrÃa que poner el término escogido entre asteriscos para que aparezca en negrita, guiones en el caso de las cursivas. Ambas opciones también se mostrarÃan en las notificaciones. La «app», además, mejorará el menú de funciones para hacerlo más intuitivo. Recientemente, WhatsApp incorporó la posibilidad de compartir documentos en varios formatos, entre ellos, PDF. Además, la «app» ha integrado servicios de terceros como Google Drive o Microsoft OneDrive para realizar esta tarea, utilizada incluso como opción para realizar copias de seguridad. Otro de los aspectos en los que trabaja la filial de Facebook es en mejorar su seguridad. Para ello, implementará el cifrado «end-to-end» por defecto en todas sus versiones para diferentes sistemas operativos. Este protocolo (de extremo a extremo) establece un código de cifrado que sólo las personas que mantienen la conversación pueden «romper». Otra promesa que circula por internet desde hace meses en la integración de las videollamadas al estilo de Skype, aunque de momento no será posible utilizarlas.

De aquella herramienta que se podÃan enviar 140 caracteres queda, a dÃa de hoy, más bien poco. Su fórmula de micromensajes se mantiene a dÃa de hoy. Pero desde entonces muchas cosas han cambiado. Twitter, a quien se le valora haber inaugurado una nueva forma de consumir contenidos, sigue siendo un extraño animal dentro de la fauna tecnológica, que lucha con denuedo aumentar su audiencia y los ingresos. Y de aquel boceto dibujado en una hoja de papel en donde se soñaba con el éxito han pasado ya diez años. Pionera en su causa, es el lugar donde confluye la información en tiempo real. Pero sus decisiones empresariales, muchas poco afortunadas, han propiciado que acumule numerosas miserias y que los triunfales cohetes se intercambien en dudas e incertidumbres. La red social se ha convertido en una herramienta indispensable para periodistas, activistas, celebridades y demás sujetos, pero aún no ha conseguido extenderse más allá de los reinos singulares de la «tuitocracia». Escaso crecimiento de usuarios Llega a este lunes a un aniversario un tanto agridulce. Con 320 millones de usuarios únicos en todo el mundo y 11 millones registrados solo en España, la red del pajarito azul sigue volando por libre a la espera, quizá, de ser la merienda de un ave rapaz. Lo intentó Facebook. Se rumoreó que Google le llegó a extender un cheque con varios ceros. Pero la plataforma, cuya valoración llegó incluso a establecerse en 10.000 millones de dólares, corre el riesgo de acabar el cajón de los olvidos. No ayuda a alcanzar su objetivo las cifras de usuarios obtenidas en el último trimestre, en donde queda patente que su crecimiento es plano. Para entendernos, en Twitter, ahora, estamos los que somos y somos los que estamos. «Un logro ha sido conseguir en diez años que la mayorÃa de gente siga. Es muy difÃcil luchar contra Facebook, pero bueno, está ahà y poco a poco tiene que ir buscando su sitio, al menos desde el punto de vista empresarial», considera Iván RodrÃguez, director de operaciones de la firma de análisis Pirendo. La compañÃa americana se enfrenta a numerosos retos y a una profunda crisis de identidad. «El problema de Twitter es que los empleados de Twitter no son tuiteros», lamenta este experto. «Se han tomado decisiones que no han sido las más acertadas». Falta de un rumbo fijo De su actual consejero delegado, Jack Dorsey, se le achaca el rol de «padre» de la criatura. Pero tuvo otros familiares. Biz Stone, Evan Williams y Noah Glass parieron la idea, pero se salieron del camino cuando la locomotora cogÃa velocidad. Y el rumbo sigue sin estar claro. «El gran problema de Twitter es que solo piensan en ganar dinero y se ha dado de lado al usuario. En Twitter faltan más evangelistas», insiste RodrÃguez, convencido que la empresa no tiene un modelo de negocio definido desde el principio: «Más que crisis de identidad, lo que le pasa a Twitter es que no sabe quién es». Defiende otra idea otro experto en estas lides. José Luis Orihuela, profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y autor de «Mundo Twitter», deja caer que la firma norteamericana ha perdido capacidad de reinventarse: «Desde su salida a bolsa en 2013, Twitter parece más preocupada por contentar a sus accionistas que por seguir innovando para sus usuarios. Aunque es un dilema clásico de las tecnológicas cotizadas, en Twitter se ha notado especialmente la disolución del liderazgo y la pérdida del impulso innovador». A su juicio, «indudablemente, no tiene el atractivo de otras plataformas más intuitivas a las que, desgraciadamente quiso copiar, pero mantiene su inalterable función de sismógrafo social y de sistema de alerta temprana», añade Orihuela. «Twitter tiene problemas visibles y noticiables sobre todo porque cotiza en bolsa y por cómo funcionan los mercados, y que éstos reaccionan más a impulsos que a cosas más racionadas, aunque creo que en parte se lo han buscado», sugiere Javier Guembe, autor del libro «Twitter para Dummies» y emprendedor con la agencia de marketing online UniversoSM. Controvertida polÃtica contra el acoso Otro de los problemas que presenta Twitter tiene que ver con el ámbito legal: cualquier «tuitero» puede cometer ciertos delitos. Los más frecuentes, y que están tipificados en el Código Penal, son amenazas, injurias, revelación de secretos, calumnias o ciberacoso. Recientemente el juez Santiago Pedraz propuso juzgar al concejal de Ahora Madrid, Guillermo Zapata, por un «tuit» publicado en 2012 y que podrÃa tipificarse como delito de humillación a las vÃctimas del terrorismo. En 2014, otro usuario fue condenado a pagar 1.300 euros por por otro «tuit» injurioso contra la entonces delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes. Son dos ejemplos, pero periodistas como Lara Siscar o humoristas como Eva Hache sufrieron en sus propias carnes la cara menos amable del anonimato. «Twitter no es más que el medio en el que se llevan a cabo diferentes relaciones sociales y, como sucede en el mundo offline, pueden darse también situaciones que ciertas personas aprovechan para cometer delitos», explica JoaquÃn Muñoz, abogado de Abanlex, especializado en Derecho Tecnológico. Este experto considera que no hay que perder la perspectiva de que, al final, Twitter es solo un medio más en el que se pueden o no cometer delitos, al igual que por email, WhatsApp o cara a cara. «Es cierto -puntualiza- que por la cantidad de usuarios o porque personajes públicos lo utilizan con frecuencia como canal de comunicación, en ocasiones puede darse mayor trascendencia, pero el delito cometido es el mismo que cuando se comete por otros medios no tecnológicos». Por esta razón, todo «tuitero», y quienes hagan «retuits», deben actuar con responsabilidad y sentido común, sin aprovechar el anonimato que otorga la red. «Es una falsa percepción de los usuarios -puntualiza el experto- que piensan que por esconderse tras un pseudónimo están amparados para hacer lo que les venga en gana sin llegar a poder ser identificados». Y es que todo usuario de red microblogging tiene que vincular una cuenta de correo electrónico al darse de alta al mismo tiempo que queda registrada «la dirección IP desde la que se actualiza el perfil, lo que es en un alto porcentaje de los casos suficiente para poder identificar a los usuarios». Las autoridades reclaman mayor colaboración con este tipo de proveedores de servicios de internet, que se escudan en su residencia habitualmente en EE.UU. para no contribuir con las investigaciones. «En general, los proveedores de internet son reacios de dar información de usuarios e IP de fuera del paÃs de origen. Aquà se necesita velocidad y rapidez en las investigaciones. Hay operadores de servicios que no guardan los datos de ocho meses cuando igual una comisión rogatoria tarda un año», agrega el Teniente Coronel Juan Sotomayor, del departamento de Delitos Telemáticos de la UCO de la Guardia Civil. Tanto PolicÃa y Guardia Civil insisten en la necesidad de denunciar cuando un usuario es acosado a través de las redes sociales, como hizo en su momento Lara Siscar, vÃctima de acoso y humillación constante por parte de dos hombres, que llegaron a crear hasta 30 perfiles diferentes. Por suerte, fueron arrestados. Sin embargo, la presentadora aseguró: «Bloquear no sirve de nada cuando la cuenta es falsa. Crean otra a la misma velocidad. Y otra.. y otra.. y otra». El procedimiento legal ante la comisión de un posible delito es algo tedioso. «En primer lugar, es necesario constituir prueba, para lo que se obtendrá una captura certificada del tuit a través del que se haya cometido el delito», explica el abogado. «A continuación, en el caso de que el usuario sea anónimo, se presenta una denuncia y la PolicÃa o Guardia Civil, previa obtención del mandato judicial solicitará a Twitter que identifique a la persona». Aunque la compañÃa ha ido mejorando los mecanismos para controlar las conductas lesivas y, en la actualidad, el propio usuario puede bloquear y reportar perfiles en caso de detectar alguna conducta anómala o que pueda ser delictiva, Vijaya Gadde, consejera de Twitter, admitió en un un artÃculo publicado el pasado año en «The Washington Post», que habÃan «fracasado a veces» al intentar proteger a sus usuarios porque detectar casos de acoso no es fácil y cuando lo hacÃan, eran «inexcusablemente lentos». Aún asÃ, insistÃa: «La seguridad no es un fin en sà mismo. Si no se aplican de forma reflexiva, las herramientas de seguridad pueden minar la libertad de Twitter tanto como el abuso». Banalización de los mensajes Tampoco hay que olvidar que se trata de una nueva herramienta de comunicación de muchos a muchos. «Es multidireccional», apunta Javier de Rivera, sociólogo especializado en redes sociales, quién alude a la particular estructura de Twitter para entender la vorágine informativa que en en ella se desarrolla y cómo se pueden crear infinidad de cuentas, contÃnuamente, dando lugar a un cierto descontrol, de la misma manera que es capaz de convertir en noticia algo que, de no existir Twitter, no lo serÃa. El activismo y el matonismo en Twitter ha sido otra constante para dotarle de negativismo, aunque «conseguir unas ciertas dosis de activismo que genere ruido no se traduce necesariamente en la conducta de la gente», cree Gonzalo MartÃn, socio fundador de la agencia de marketing digital Territorio Creativo. Porque otra de las crÃticas más feroces que se le hace a Twitter es promulgar una banalización de los mensajes hasta lÃmites insospechados. Las campañas teledirigidas para desacreditar a instituciones o personas en particular ha provocado la espantada de usuarios como Elena Valenciano, Adele o la cantante de Russian Red. Y es que la clave de Twitter es generar opinión y los usuarios tienen que ser conscientes de que forman parte de una red con una dinámica muy concreta, «en la que se mueve una gran cantidad de información en la que lo atractivo es opinar, participar en un discurso y generar opinión», apunta de Rivera. Aunque Twitter podrÃa ser un foro de encuentro, en el que se dieran discusiones reales, en el que los usuarios expresaron sus opiniones bajo un clima de tolerancia y respeto, en realidad no es asÃ. «Es un medio es muy abierto en el que el usuario se siente frustrado porque no permite esa discusión real. Si no estás de acuerdo con alguien o algo, no hay espacio para explicarlo por lo que todo se canaliza hacia una polarización y enfrentamiento», indica. Sin embargo, la excesiva importancia que se le concede a ser «Trending Topic» es fruto del tipo de «sociedad que rodea a Twitter», aclara el sociólogo. Aunque los medios de comunicación colaboran en la amplificación de todo lo que sucede en ella, la plataforma también es capaz de potenciar cualquier tema gracias a los «Trending Topic». «Es la otra manera con la que la que la propia red social pretende generar interés y le dice al usuario ?eso es lo que tienes que leer?». El «ruido» generalizado es un problema. «Pocos tuits relevantes. Sin embargo no están favoreciendo herramientas que ayuden a ver lo más relevante (hay una oficial que trajo mucha discusión recientemente pero no es personalizable al gusto del usuario), la gestión de listas, de usuarios, de favoritos.. es muy tosca», argumenta Guembe.

Todo «tuitero» sabe a la perfección que la noche, en la popular red de «microblogging», solo se habla de una temática: la televisión. Los usuarios de Twitter adoran a la «caja tonta» y los espectadores, al mismo tiempo que ver su serie o programa favorito, lo están comentando tuit tras tuit. Según un estudio realizado en España por IPSOS MediaCT sobre Twitter y TV, estos usuarios son grandes «influencers». Y es que la plataforma es la referencia en cuanto a conversación sobre televisión. No es de extrañar. Todo espacio televisivo cuenta siempre con su propio «hashtag». ¿El objetivo? Llegar a ser tendencia o «trending topic», esa especie de meta «absurda» que en realidad no evidencia nada. Basta con fijarse en que «Hombres, Mujeres y Viceversa» es siempre tendencia al mediodÃa o «Gran Hermano» por la noche. Pero esta nueva comunicación no es más que el fiel reflejo de la sociedad. El estudio pone de manifiesto que el 52% de los usuarios de Twitter en España muestra un gran interés en los contenidos de televisión (un 27% más que los no usuarios). Y no solo eso, sino que además, habla regularmente sobre televisión y busca contenido más allá de las plataformas tradicionales: ven avances exclusivos, adoptan los servicios on-demand, los votos online y las aplicaciones móviles relacionadas con la televisión. Ambas plataformas han establecido sinergias que, por una vez y sin que sirva de precedente, Facebook de momento no ha aprovechado. Según el informe, el 89% de los usuarios de Twitter en España utiliza varias pantallas mientras ve la televisión. Nadie ve su serie favorita solo, sino «acompañado» del resto de tuiteros que comentan cómo se desarrolla la intriga. Tal es su actividad que son capaces de conseguir que otras personas enciendan la televisión para ver esa misma serie o programa: según el estudio, el 40% de los encuestados asegura haber visto un programa porque la gente estaba hablando sobre él en Twitter. AsÃ, no es de extrañar que el 43% se considere experto o bastante conocedor de los personajes que aparecen en programas de televisión, y el 74% asegura que ve programas o series de televisión antes de que se hagan populares para el gran público. TWITTER