
El metaverso no es solo cosa de los grandes gigantes de Silicon Valley. El empleo de tecnologías como la Realidad Virtual, la Realidad Aumentada (AR) y la inteligencia artificial también pueden ayudar en el entrenamiento militar, y eso es algo que el Ejército de Estados Unidos tiene claro. Pilotos del país están recurriendo a gafas de AR, como serían las HoloLens de Microsoft, para entrenar el combate, el repostaje en pleno vuelo, las formaciones y las maniobras. Todo, encontrándose en el aire a bordo de un Berkut-540. Nada de salas cerradas ni de aparatosos simuladores.
Evidentemente, el modo en que el ejército del país norteamericano utiliza estas tecnologías está muy lejos de los planes que, actualmente, empresas como Meta, Apple, Microsoft, Google o Epic están tejiendo en lo que se refiere al metaverso. Aquí no estamos hablando sobre un nuevo mundo virtual en el que el usuario pueda replicar, prácticamente, la vida misma, que es lo que quiere Zuckerberg. No. En su lugar lo que se está buscando es la creación de una plataforma en la que los ejércitos puedan prepararse lo mejor posible para el fuego real: conseguir que la experiencia de combate sea lo más realista posible.
Entre las empresas que están trabajando en la creación de esas herramientas que permitirán ayudar a prepararse mejor al Ejército de Estados Unidos y a sus aliados, se encuentra Red 6, startup que es capaz de enfrentar al piloto a cualquier reto mientras está en el aire mediante el uso de hologramas generados mediante tecnología AR. Casi como si se tratase de un videojuego, solo que, en este caso, a miles de metros de distancia del suelo. A bordo de un avión. <iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/keBj9FNkZik" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe>
Según ha explicado a 'Wired' Daniel Robinson, veterano del ejército y director ejecutivo de la empresa, Red 6 actualmente está trabajando en el desarrollo de una plataforma que permitirá representar muchos escenarios de combate diferentes en AR o VR: «Lo que estamos construyendo es realmente un metaverso militar».
La startup, incluso, ha desarrollado su propio sistema de entrenamiento, que recibe el nombre de ATARS y permite que la Realidad Aumentada funcione al aire libre en entornos enormemente dinámicos. También ha adaptado un casco de vuelo HGU-55 a un visor de AR -que superpone imágenes sobre el entorno real como ocurre con 'Pokémon Go'-. Con todo, la compañía reconoce que aún hace falta pulir la tecnología para que la experiencia de uso resulte más próxima a la realidad.
Así se ven los aviones en AR a través del sistema de Red 6
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Red 6
Evidentemente, el Ejército de Estados Unidos lleva décadas estudiando cómo el empleo de la simulación puede ayudar en preparar a las tropas. Ahora, la expansión de nuevas tecnologías promete permitir que las condiciones de los entrenamientos sean cada vez más y más realistas. En 2014, la Oficina de Investigación Naval presentó el proyecto Blue Shark, que permitía a marines, entre otras cosas, conducir embarcaciones en entornos virtuales. Y este no es, ni de lejos, el único sistema de este tipo que ha sido lanzado durante los últimos años. La Fuerza Aérea de EE.UU. también tiene su propio simulador de VR destinado a que los aspirantes a piloto aprendan a volar. Aunque la experiencia es mucho menos realista que la que ofrece Red 6.
China también se interesa
China sería otro país que está estudiando su empleo. Según afirmó recientemente en un artículo Josh Baughman, analista de China Aerospace Studies Institute -grupo de expertos de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que examina todas los esfuerzos del país asiático en lo que se refiere a desarrollos aéreos y espaciales- se hacía eco de que investigadores del Instituto de Trabajo Político Militar de China consideran que «el metaverso proporciona un espacio cognitivo paralelo que combina digitalmente escenarios de combate reales, donde la guerra cognitiva puede avanzar de manera eficiente y mejorarse a un ritmo rápido». Básicamente, los autores apuntan que el metaverso puede convertirse en un campo de batalla alternativo en el futuro.
Como ocurre en el caso de Estados Unidos, China también se está apoyando Realidad Virtual para formar a sus soldados, por ejemplo, en el uso de sistemas de misiles, según recogía en 2021 'Business Insider'. Por su parte, 'Gobal Times' apunta que soldados del país están entrenando en salas de VR con visores.

Elon Musk es el inminente nuevo dueño de Twitter, y quiere dejar claras sus normas. El excéntrico empresario siempre ha sido muy crítico con la expulsión de usuarios de la red social, entre ellos muchos políticos conservadores estadounidenses, y pretende que estos recuperen sus cuentas.
El que más atención está recibiendo es el que fuese presidente del país hasta 2020, Donald Trump, cuya cuenta fue suspendida por considerar la entonces dirección de la red social que su papel en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 le convertía en «alguien peligroso» y estrechamente relacionado con la gestión de aquel violento y antidemocrático episodio.
Musk, sin embargo, considera que aquello fue «absolutista» y contrario a la libertad de expresión, y pretende devolverle la cuenta, porque «no fue correcto vetarle», aunque, sin embargo, Trump ha rechazado esta idea. Asegura que solo utilizará Truth Social («Verdad social»), la plataforma que él mismo ha creado. Sin embargo, son muchos otros los que también podrán volver.
Acoso, nazis, sexismo.. y un crimen
Además de Trump, otra de los famosos que podrá recuperar su cuenta es la rapera Azelia Banks, que fue expulsada en 2016 por comentarios racistas contra el cantante Zayn Malik y la actriz infantil Skai Jackson, que entonces tenía 14 años, frente a los 25 de Banks. Entre otras polémicas, ha sido criticada por sacrificar animales para hacer un ritual de brujería, por burlarse del cuerpo de artistas como Sia o Lana del Rey, enfrentarse a una azafata de la aerolínea Aer Lingus, insultar a los irlandeses e insinuar que habría que
«bombardear» Suecia y por reírse de los problemas de hambruna, entre otras cosas.
Pero si hay alguien que se ha ganado a pulso estar en la lista de defenestrados es Tila Tequila, la cantante singapurense abiertamente nazi, que fue castigada por Twitter en noviembre de 2016 después de sus comentarios a favor de Adolf Hitler. Podrá volver a 'tuitear' también el jugador de béisbol Aubrey Huff, que se quedó sin cuenta por sus comentarios contra las mujeres y personas transexuales, por comentarios que «desinformaban sobre la pandemia del Covid» y por conductas violentas.
Entre los que podrían volver están el exlíder de Ku Klux Klan y el asesino George Zimmerman
También el bloguero británico Milo Yiannopoulos, conocido por sus discursos en contra del feminismo, el Islam y las minorías sociales, y cuya cuenta fue eliminada en julio de 2016 por ciberacosar e insultar con términos racistas a la actriz Leslie Jones. Lo mismo le sucedió en Facebook tres años después. Otro es el presentador de podcasts Ira Madison III, que se hizo pasar por el excandidato a senador por Texas Beto O'Rourke, afirmando que publicaría fotos del político desnudo.
Otro casos son más peliagudos, y aún se desconoce qué resolución tendrán. Por ejemplo,
el exlíder del Ku Klux Klan
y político republicano David Duke (expulsado en julio de 2020), acusado de supremacismo blanco, nacionalismo, antisemita,
negacionista del Holocausto
y conspiranoico, entre otras cosas. Asimismo, no sé sabe qué pasará con George Zimmerman, el joven que asesinó al estudiante afroamericano Trayvon Martin, de 17 años, en 2012, y que fue vetado de Twitter en diciembre de 2015.
Quien ha tenido más suerte es Courtney Love, la que fuese vocalista de Hole y pareja del malogrado Kurt Cobain, cuya cuenta fue retirada en enero de 2011 tras una denuncia por difamación del diseñador Dawn Simorangkir por una serie de 'tuits' de la rockera. El jurado, en el que fue el primer caso judicial de relevancia sobre una polémica en redes sociales, falló a favor de Love, que pudo volver a Twitter, pero con otra cuenta nueva.
El Partido Republicano, la diana de Twitter
Un elemento que se repite en numerosas ocasiones en esta lista es la afiliación política de los expulsados. Muchos de ellos, que ahora podrán recuperar sus cuentas, son políticos, asesores y activistas cercanos o miembros del Partido Republicano, empezando, claro, por Trump. Al del expresidente hay que sumar los casos de Steve Bannon, James O'Keefe, Sidney Powell, Michael T. Flynn, Roger Stone, Marjorie Taylor Greene, Laura Loomer, David Duke o el de Lin Wood, abogado de Trump, por la polémica del asalto al Capitolio.
Varios colaboradores de Trump fueron vetados por justificar el asalto al Capitolio o negar la pandemia
Algunos tuvieron que irse forzadamente de esta red social por insultar a periodistas, como el consultor político Roger Stone (en 2017) o el presentador de radio y teórico de la conspiración Alex Jones (2018), ambos por acosar a colaboradores de la cadena CNN. Este último, además, ha sido denunciado por acoso sexual y por comentarios racistas y antisemitas contra empleados, lo que le ha hecho perder también las cuentas de LinkedIn, Pinterest y Mailchimp. En esta línea, fue baneado el teórico de la conspiración Jacob Wohl en 2019 (cuando tenía 22 años) por crear numerosas cuentas falsas donde insultaba a políticos demócratas, habitualmente homosexuales.
Laura Loomer, activista conocida por sus planteamientos contra el Islam, tiene un largo historial de polémicas relacionadas con Twitter. Para empezar, fue expulsada en 2018 por sus comentarios supuestamente islamófobos y antisemitas, señalados como «delitos de odio» por la entonces dirección de la página. Loomer no solo denunció a la compañía, sino que se esposó a su sede de Twitter en Nueva York durante dos horas, hasta que acabó pidiéndole a la policía que le cortara las esposas. Después les llevó a juicio, donde se enfrentó con el director ejecutivo, Jack Dorsey. También demandó a Apple, Facebook y Google. Finalmente, acabó llevando el caso hasta la Corte Suprema.